La Reclamación
La Reclamación
Muy buenos días. Un saludo muy especial al misionero Miguel Bermúdez Marín, reunido allá en México; y todas las demás congregaciones de México; y también en todas las congregaciones de los diferentes países que hoy sábado, 11 de marzo de este año 2023, están conectados a través del satélite Amazonas o internet.
Que Dios les bendiga grandemente, y les siga dando toda la revelación y el conocimiento del Programa Divino correspondiente a este tiempo final; el cual es el tiempo más glorioso de todos los tiempos, porque es el tiempo de la Reclamación, es el tiempo en donde todo llegará a la perfección.
La Reclamación, para llegar a la perfección, es la Reclamación que Él está llevando a cabo en este tiempo, tanto con los escogidos de Dios como también con el Reino que estará siendo establecido en esta Tierra, lo cual será también un Reino perfecto. Todo eso es y está contenido en la Reclamación: reclamar todo lo que perdió Adán y Eva allá en la caída; todo siendo restaurado por medio de la Reclamación.
Y eso ocurre con la Venida del Ángel Fuerte descendiendo del Cielo con el Librito abierto en Su mano y entregándolo a un hombre.
En el capítulo 10, verso 8 en adelante, dice [Apocalipsis]:
8 La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.
9 Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
10 Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.
11 Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
EL LIBRO QUE UN HOMBRE SE COMIÓ
Dr. William Soto Santiago
Domingo, 21 de marzo de 1982
Maturín, Monagas, Venezuela
Ahora, ustedes pueden ver el propósito de la Venida del Ángel Fuerte. Él viene, es el Cordero, es el León de la tribu de Judá, ruge como un León cuando desciende, se identifica como el que tomó el Libro de la mano del que estaba sentado en el Trono, Siete Truenos emiten sus voces; y luego encontramos que ese Libro que trae abierto, siendo el Libro de la Redención, el Libro de la Vida, el Libro de la Redención de los Cielos y de la Tierra, entonces viene para dárselo a un hombre que se lo coma.
Ahora, miren todo el trabajo que se pasó arriba en el Cielo; ustedes ven la tensión en que estuvo el Cielo completo, las huestes celestiales, cuando no había nadie que tomase ese Libro para abrirlo; estuvo en una tensión grande todo el Cielo, porque allí llegó como un temor de muerte a todo el Cielo…
[Rev. José B. Pérez] Eso es lo que el hermano Branham dice, que hubo un temor como de muerte; o sea, hubo… Vamos a buscarlo allí en la página 465; dice [Los Sellos]:
[141]. No había nada. Había un silencio como de muerte por el tiempo de media hora.
[JBP] Ustedes pueden leer luego toda esta página, lo que ocurrió allí con la apertura de ese Séptimo Sello para la toma del Libro.
[Rev. José B. Pérez] Dice [“EL LIBRO QUE UN HOMBRE SE COMIÓ”]:
[WSS] … allí llegó como un temor de muerte a todo el Cielo; porque si no había quién tomase ese Libro y lo abriese, todo estaría perdido, todo regresaría nuevamente a su principio, todo concluiría.
Por eso entonces había un ambiente de tensión allá en el Cielo; pero cuando llegó el Cordero convertido en el León de la tribu de Judá y tomó el Libro, le fue ese Libro entregado, abrió los Sellos, y entonces cuando vieron que alguien tomó el Libro, hubo regocijo.
Ahora, cuando ya ese Libro está abierto en el Cielo, el que lo tiene en Su mano ya abierto desciende a la Tierra, y desciende a la Tierra como Ángel Fuerte. Desciende a la Tierra ¿para qué? Desciende a la Tierra para traer el Libro. Ese es el propósito de la Venida del Ángel Fuerte: viene para pasar ese Libro del Cielo a la Tierra. Por eso es el Ángel Fuerte, el Mensajero con el Libro más importante del Cielo.
Encontramos que cuando ya está en la Tierra, le llega a un hombre; y cuando le llega a ese hombre en una isla, le dice, la Voz del Cielo dice: “Ve al Ángel Fuerte, pídele el Libro y comételo; dile que te lo dé”.
Así como al Cordero, como al León de la tribu de Judá, en el Cielo, cuando apareció frente al Trono, en donde estaba Aquel con el Libro en la mano: el Cordero convertido en el León de la tribu de Judá fue frente al que tenía el Libro en Su mano y le pidió el Libro. Y el que lo tenía en Su mano derecha, en Su diestra, se lo entregó al Cordero; se lo entregó a aquel Cordero que se había convertido en el León de la tribu de Judá, Rey de reyes y Señor de señores; se lo entregó al Ángel Fuerte.
Y ahora el Ángel Fuerte desciende a la Tierra luego de abrir los Sellos y lo trae en Su mano derecha; y a uno le es dicho, a uno que vio al Ángel Fuerte descender del Cielo con el Libro en Su diestra, le es dicho: “Ve al Ángel Fuerte, dile que te entregue el Libro”.
El Ángel Fuerte viene con una comisión celestial, viene con el propósito de traer ese Libro para entregárselo a alguien; pero ese alguien está ordenado desde antes de la fundación del mundo, ese alguien está escogido para ir al Ángel Fuerte y pedirle el Libro.
Son muchas las personas que han deseado tomar ese Libro, que han deseado decir lo que hay dentro de ese Libro; usted puede ver a esas personas a través de toda la historia del cristianismo; pero hay alguien señalado por Dios con la orden de pedirle al Ángel Fuerte que le dé ese Libro.
Muchos son los que han deseado tomar el Libro; pero a uno le será entregado, a uno le será entregado ese Libro; y a ese que le será entregado, le será entregado con un propósito: le será entregado con el propósito de que se lo coma.
¿Y por qué se lo tiene que comer? ¿No sería bueno, acaso, que se lo enseñase a todo el mundo? No. El propósito es que se lo coma; porque si se lo come lo que estará haciendo es: colocando esas palabras que están en ese Libro, las está colocando en su boca, y luego las está llevando a su vientre; estará alimentando su vientre, porque él tiene que profetizar a muchos pueblos, naciones y lenguas.
¿Y qué va a profetizar? Tiene que profetizar lo que Dios le dé para profetizar. Y lo que tiene que profetizar está en ese Libro abierto; por eso es que se lo tiene que comer.
Él es el último de los profetas, él es el señalado para tomar el Libro de la mano del Ángel Fuerte y comérselo, para luego traer esa Palabra, traer esa Palabra a todo el pueblo, traerle esa Palabra a los escogidos, que están esperando la transformación de sus cuerpos y la resurrección de los que durmieron en el pasado.
El Ángel Fuerte que desciende del Cielo viene con el último Mensaje que será predicado en esta Tierra; pero Su Mensaje le es entregado a un hombre que se va a comer ese Libro; porque el Mensaje del Ángel Fuerte está en lo que se va a comer ese hombre.
Encontramos que cuando el Ángel Fuerte desciende, siendo el Señor en Su Segunda Venida, eso es nada menos que el cumplimiento de la promesa mesiánica entre los gentiles.
Pero ¿a quién le tocará dar a conocer esos grandes misterios que estaban escondidos en ese Libro? ¿A quién le tocará dar a conocer el misterio grande por el cual hubo silencio en el Cielo casi por media hora?
El Libro viene abierto; el Séptimo Sello fue abierto en el Cielo, pero no fue dado a conocer lo que había en ese Libro. Entonces, encontramos que ese Sello es abierto o es dado a conocer aquí en la Tierra. El que se come el Libro tendrá ese secreto por dentro, porque se ha comido el Libro que fue abierto en el Cielo; porque le fue traído aquí a la Tierra para que se lo comiese y pudiese hablar lo que tenía por dentro.
Él no hablará de sí mismo, él hablará lo que tiene por dentro; porque se lo comió. Y se lo comió cuando se comió el Librito que trajo el Ángel Fuerte abierto en Su mano.
Ahora, usted puede ver la trayectoria que ha tomado ese Libro misterioso que estaba en el Cielo: Primero lo encontramos en la mano del que estaba sentado en el Trono, en la mano del Dios Todopoderoso; luego, de ahí pasa a las manos del León de la tribu de Judá, que había sido el Cordero intercediendo por todos los escogidos en el Trono de Intercesión en el Cielo; luego ese Ángel Fuerte desciende del Cielo, que es el Señor en Su Segunda Venida, y viene con ese Libro abierto en Su mano porque lo abrió en el Cielo; y luego pasa ese Libro a la boca de un hombre.
[Rev. José B. Pérez] Ahora, fíjense acá en el libro de Los Sellos, en la página 57, dice:
[15]. Y él vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono.
Apocalipsis 5:1-7
16. Este Libro sellado con siete sellos es revelado en el tiempo de los siete truenos de Apocalipsis 10. Demos lectura allí también para tener un mejor entendimiento antes de entrar más profundamente. Ahora, esto ya es el tiempo del fin porque dice así:
Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza…
[JBP] Y él escribe allí: [WSS] «Apoc. 10:1-11 = Apoc. 11:3-7, 11:15-19».
[JBP] O sea, si es lo mismo, eso nos está mostrando que es los ministerios de Moisés y Elías que están cumpliendo esa promesa.
17. Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin.
[JBP] Recuerden, la Iglesia ya ha llegado a su fin cuando esto allí le fue mostrado a Juan; y esto está ahora siendo cumplido. Y no es en el futuro, como él decía más adelante en Los Sellos, que dice: [WMB] “Pero eso está en el futuro”1; pues ya estamos en ese futuro que habló allí el hermano Branham.
O sea, ya esto está en pleno cumplimiento, porque ya la Iglesia ha llegado a su fin; ya la Dispensación de la Gracia se cerró: ya no hay más oportunidad para las personas recibir a Cristo como su Salvador, lavar los pecados en la Sangre de Cristo, ser bautizados en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo. Ya esa dispensación, con todo lo que tenía que hacerse en esa dispensación, llegó a su final.
Y ahora es que Apocalipsis 10, ese Ángel Fuerte, desciende con el Libro en la mano, porque ya no está haciendo intercesión en el Cielo. Por lo tanto, toda la Obra que Dios está llevando a cabo en este tiempo final es una Obra que está siendo realizada en medio de la raza humana cuando en el Cielo está totalmente en silencio.
No se está haciendo una Obra de Intercesión allá, en el Trono de Intercesión, sino que ese Trono se ha convertido en el Trono de Juicio. Y todo lo que se hable de ese Trono de Juicio (convertido en Juicio) será hablado en la Tierra por medio de los ministerios de Moisés y Elías, hablando los juicios divinos que caerán sobre este planeta Tierra.
Ya no se estará predicando, desde ese Trono celestial, no se estará hablando misericordia; y acá en la Tierra no se estará predicando misericordia para que la gente reciba al Señor y sean salvos (o sea, obtengan el nuevo nacimiento); sino que se estará hablando, predicando, lo que desde el Trono celestial se esté dictando.
Para lo cual será la bocina, o sea, el portavoz de eso que está siendo hablado en el Cielo, acá ese profeta mensajero será el portavoz, o sea, será como el parlante de todo eso que se estará hablando desde el Trono celestial.
O sea que solamente se hablará misericordia para aquellos a los cuales ya Dios tiene predestinado; como fue predestinado allí en el caso de los hijos de la hermana Hattie Wright. O sea que habrá también esa etapa de misericordia hacia los familiares.
Porque recuerden que la misericordia de Dios por última vez es la manifestación de Dios en el trono humano en este planeta Tierra. La misericordia de Dios por última vez es vista en los ministerios de Moisés y Elías, porque ya en el Cielo no hay misericordia.
Ahora miren lo importante y lo grande que es lo que Dios nos está dando a conocer en este tiempo, y lo que Él está manifestando en este tiempo en medio del pueblo de Dios; es algo tan grande, y a la misma vez tan y tan sencillo, que debemos de tener nuestros ojos espirituales bien pero que bien abiertos para ver la manifestación de ese Ángel Fuerte en y dentro de ese ministerio en este tiempo final. Lo cual lo vamos a ver un poquito más adelante, donde él lo dice aquí, en este mismo mensaje. Pero vamos a terminar aquí en la página 57 del libro de Los Sellos, dice:
[17]. Bien, ahora continuando:
… y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
18. ¿Recuerdan el Ángel de Apocalipsis capítulo 1? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia.
[JBP] Y él escribe allí… En esta porción que leímos aquí, que está en la página 85 del libro de Citas, párrafo 722; él escribe allí arriba:
[WSS] «Apoc. 10: El Ángel Fuerte es el Mensajero a los judíos».
[Rev. José B. Pérez] Ahora, sigue diciendo aquí nuestro hermano William [“EL LIBRO QUE UN HOMBRE SE COMIÓ”]:
[WSS] (…) Y ahora el Ángel Fuerte desciende a la Tierra luego de abrir los Sellos y lo trae en Su mano derecha; y a uno le es dicho, a uno que vio al Ángel Fuerte descender del Cielo con el Libro en Su diestra, le es dicho: “Ve al Ángel Fuerte, dile que te entregue el Libro”.
El Ángel Fuerte viene con una comisión celestial, viene con el propósito de traer ese Libro para entregárselo a alguien; pero ese alguien está ordenado desde antes de la fundación del mundo, ese alguien está escogido para ir al Ángel Fuerte y pedirle el Libro.
[JBP] Ahí leí esa parte nuevamente de la página 6; porque vean que es ese… Voy a leerlo nuevamente; dice:
[WSS] … y a uno le es dicho, a uno que vio al Ángel Fuerte descender del Cielo con el Libro en Su diestra…
[JBP] Eso fue lo que quise recalcar de allí, leyéndolo nuevamente, para que lo tengan ahí en su mente ese detalle.
Ahora, vamos a seguir leyendo acá en la página 7, donde nos detuvimos. Dice… vamos a ver dónde fue que nos quedamos aquí…, donde dice que fue un silencio como de muerte [“EL LIBRO QUE UN HOMBRE SE COMIÓ”]:
[WSS] (…) Ahora, usted puede ver la trayectoria que ha tomado ese Libro misterioso que estaba en el Cielo: Primero lo encontramos en la mano del que estaba sentado en el Trono, en la mano del Dios Todopoderoso; luego, de ahí pasa a las manos del León de la tribu de Judá, que había sido el Cordero intercediendo por todos los escogidos en el Trono de Intercesión en el Cielo; luego ese Ángel Fuerte desciende del Cielo, que es el Señor en Su Segunda Venida, y viene con ese Libro abierto en Su mano porque lo abrió en el Cielo; y luego pasa ese Libro a la boca de un hombre.
Ahora, ustedes pueden ver que ese hombre oyó la Voz que le dijo: “Ve y toma el Libro de la mano del Ángel Fuerte, ve y dile que te lo entregue”. ¿Con qué autoridad le ha de pedir ese Libro? Es que él ha sido escogido para… no en el Cielo; no tomar el Libro en el Cielo, de la mano del que estaba sentado en el Trono, sino aquí en la Tierra tomar ese Libro de la mano del Ángel Fuerte que desciende del Cielo.
Y cuando lo tome en su mano, no se lo va a pasar a otra persona. Cuando lo tome en su mano, la Voz del Señor le dice: “Échatelo en la boca, cómetelo”. Ese es el lugar más seguro donde puede estar un Libro tan importante como ese.
Es que él tenía que comerse ese Libro porque él era un profeta. Y como era un profeta, entonces tenía que comerse ese Libro para luego poder hablar de acuerdo a lo que se había comido. Y “no solamente de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”.
Ahí ustedes pueden ver a un hombre, a un profeta, comiéndose la Palabra de Dios, el Libro de Dios; y con eso alimenta su vientre. En la boca es dulce pero en el vientre le fue amargo.
Y luego le es dicho: “Es necesario que hicieses eso, porque es necesario que profetices otra vez”.
Ah, entonces, si hay que profetizar de nuevo…: “Es necesario que profetices otra vez”, entonces había profetizado antes.
¿Quién será ese hombre? Había profetizado ya en otras ocasiones, pero era necesario que profetizase otra vez, que profetizase una vez más; que recorriese nuevamente el camino profético una vez más.
¿Quién será ese hombre que ha profetizado en otras ocasiones y que tiene ese ministerio señalado para profetizar por última vez sobre la Tierra?
Ese es nada menos que Elías. Elías es ese profeta que tiene que comerse ese Libro, porque le toca profetizar otra vez y por última vez, en su quinto ministerio. Él no puede profetizar de sí mismo, él tiene que profetizar la Palabra de Dios.
Y ahí tenemos al profeta Elías comiéndose el Libro, siendo tipificado por Juan el discípulo amado cuando se estaba —en aquella visión— comiendo aquel Libro; Juan lo tipifico a él.
Ahora, tenemos nosotros que entender estas cosas, porque estas cosas son las que estarán aconteciendo en estos días finales.
[Rev. José B. Pérez] Ahora, vamos a detenernos allí un momentito. En el mensaje “SHALOM”2, en la página 39 y 40, miren, dice:
245 Pero recuerden, si llega ahora la sombra de la muerte: “Yo soy la Resurrección y la Vida; Yo lo levantaré nuevamente”. Y cuando el gran Director descienda y baje esa vara, entonces “el tiempo no será más” ([JBP] y escribe): [WSS] «Apoc. 10:1-11». Cuando ese Ángel, de Apocalipsis, capítulo 10, ponga un pie sobre la tierra y uno sobre la mar, y un arco iris sobre Su cabeza, Él juró que “el tiempo no será más”. Cuando venga ese tiempo, entonces usted se levantará de entre los muertos ([JBP] y escribe allí): [WSS] «Apoc. 10:1-11, 19:11-21». Mientras que los demás se quedan allá, usted entrará.
246 Quédese en la Sinfonía. Quédese en la Palabra de Dios. No importa qué tan duro sea, quédese con la Palabra, donde sea que Dios está sonando.
247 Hay veces que Él causa problemas para romper las ataduras, y así librarlo ([JBP] y él escribe): [WSS] «problemas». Él hace eso. Usted dice: “Bueno, yo no sé qué haría yo”. Pero Él sí. ¿Qué diferencia? Usted solo está tocando la parte. Él es quien lo tiene a usted en Su mano. Él lo dirige a usted.
248 Recuerden, todo es hecho por una señal. Vemos la hora en que estamos viviendo, por la señal en que estamos viviendo, así que nosotros sabemos qué hace hoy la Sinfonía. Es un tiempo de separación, tomando la Luz de las tinieblas.
249 Vamos a decirlo juntos, para que no se les olvide, porque yo siento decir esto [El hermano Branham y la congregación hablan juntos –Ed.]: “Está tomando la Luz de las tinieblas”. Vamos a decirlo otra vez: “Está tomando la Luz de las tinieblas”.
250 Esa es la Sinfonía de Dios. Él la está mostrando en los Cielos. Él la mostró en los pizarrones. Él la está mostrando por medio de Sí mismo. Él la prometió en la Palabra. Lo vemos vindicado. Él está separando el trigo de la paja. Él está tomando la Luz de las tinieblas.
[JBP] Ahora, recuerden una cosa importante, y es que Él cuando vino en Su Primera Venida, nosotros estábamos representados en Él. Él dice que cuando fue crucificado, nosotros estuvimos con Él; cuando fue muerto, fuimos muertos con Él; cuando fue sepultado, fuimos sepultados con Él; cuando fue al infierno, nosotros fuimos al infierno con Él también; cuando resucitó, nosotros resucitamos con Él; cuando ascendió al Cielo, nosotros ascendimos al Cielo con Él. O sea, toda esa trayectoria nosotros estuvimos con Él.
Y en Su Segunda Venida nosotros estamos con Él. Estamos siendo preparados con Él.
Vean, estamos dejando nuestras faltas, nuestros errores, nuestros problemas, y aun este cuerpo pecaminoso; estamos dejando todo en la quinta dimensión.
Y usted me dirá: “Pero ¿cómo es posible?”. Miren, recuerden, Él bajó allí en Espíritu, no en Su cuerpo.
Pero ahora, la quinta dimensión al estar abierta aquí en la Tierra…; la cual el reino del maligno la está construyendo y está estableciendo su reino; y está con grande ira porque sabe que lo que le queda son tres años y medio; o sea, el tiempo que queda ahora hasta empezar la gran tribulación que son tres años y medio; y ya ahí se le acaba el reino del maligno.
Y al estar siendo establecido su reino…; y su reino es el reino de la quinta dimensión; y en ese reino es que estamos nosotros; por lo cual no tenemos que ir a la quinta dimensión, sino que estamos en esa etapa en la cual Él estuvo llevando allá lejos nuestros pecados, y dejándoselos al diablo.
Nosotros estamos ahora dejándole al diablo (por eso dice: “Muerte, yo seré tu muerte”3), estamos dejándole a él todo lo del reino de él, todas las cosas que no nos pertenecen; porque somos del Reino de Luz, del Reino del Mesías, del Reino de Dios. Y le estamos dejando en su casa, en la quinta dimensión, a él, todas las cosas que no son de nosotros.
Todo lo que no nos pertenece: enfermedades…, y todo pensamiento negativo, y toda cosa contraria a la Palabra de Dios, se las estamos dejando a él en su reino.
Y estamos con Él, o sea, en Su manifestación en la Tercera Etapa, en donde dice el reverendo William Branham en la página 119 y párrafo 1057 del libro de Citas (una partecita aquí), dice… En el nuevo se añadió alguna parte, porque aquí está editado; o sea, la porción que colocaron en esta primera versión del libro Citas, hay una parte que no está aquí; pero en el otro libro que se repartió, ahí está colocada esa parte intermedia; pero vamos a leer acá directo desde este libro de Citas de nuestro hermano William. Dice (ya al final ahí, de este párrafo 1057):
1057 – “Tú vas a ver un cambio en mi ministerio, luego decayendo, no levantándose; decayendo. Ya estamos en la edad y no puede ir más allá. Tenemos que esperarnos aquí un minuto hasta que esto acontezca acá para alcanzarlo… / Y entonces viene el tiempo, y la presión está en un lugar donde tú estás oprimido, entonces mira lo que estoy preparando para decirte en estos momentos. Mire la Tercera Etapa entonces, será absoluta y totalmente para los perdidos, pero será para la Iglesia ([JBP] o sea, las vírgenes fatuas) y la Novia”.
[JBP] Ahora, vean ese ministerio que tuvo el Señor Jesucristo en Su Primera Venida, en la Tercera Etapa de Su ministerio, en la cual Él predicó a los perdidos bajando allí al infierno, a la quinta dimensión.
Miren, ahora en este tiempo final, en Su Segunda Venida, la Tercera Etapa, en el cumplimiento de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, se estará predicando a los perdidos (que ya no tienen oportunidad), también a las fatuas, y también a la Novia porque ya está lista para el rapto.
Ella necesita: [WMB] “Se necesitan la Voz de los Siete Truenos para despertarla. Él los mandará, lo ha prometido”, dice el hermano Branham en el libro de Los Sellos4.
O sea que todo lo que ocurrió en Su Primera Venida, tanto en Su ministerio como cuando fue crucificado, como cuando fue al infierno y estuvo tres días allá; cuando pasó por el Paraíso y resucitó a los del Paraíso, a los del Antiguo Testamento, y le aparecieron luego acá en la resurrección a muchos; y luego la ascensión al Cielo; todo eso se actualiza en este tiempo en todo ese ministerio de Jesús actualizado en este tiempo final. Porque será paralelo en todo5; y no en algunas cosas, sino en todo será paralelo Su Segunda Venida.
O sea, vean cómo en este tiempo estamos en esa etapa, en esa fase, de esa Tercera Etapa de los ministerios de Moisés y Elías en medio de Su Iglesia.
Ahora, eso no lo habíamos hablado así, pero Dios nos ha estado ayudando. Y Dios me ha estado mostrando en estos días un poco más de ese ministerio que abarca los tres grupos y la Obra que se está haciendo en este tiempo en favor de los escogidos de Dios.
Porque el motivo por el cual Él ha hecho toda esta Obra por dos mil años de Cristo hacia acá, pero que lo vemos que fue por la caída allá en el Huerto del Edén; pero esa Obra que Él ha hecho, y que en este tiempo final, en esa Visión que le fue mostrada al reverendo William Branham, en donde vio una Gran Carpa Catedral, y en donde vio la Columna de Fuego, y en donde vio un sinnúmero de cosas; todo eso es por Sus hijos. Como decíamos anoche: “Vean cómo Él resuelve todo en media hora”.
En media hora hace esa Obra de Reclamo: de la Reclamación por Sus hijos, por los escogidos, por Sus atributos; o sea, por Él mismo es que Él está llevando a cabo Su Venida en este tiempo final; y por los 144.000.
[Rev. José B. Pérez] Ahora, sigue diciendo aquí nuestro hermano William, en el mensaje que estamos leyendo; dice [“EL LIBRO QUE UN HOMBRE SE COMIÓ”]:
[WSS] (…) Es el Libro misterioso. Estamos viendo la trayectoria del Libro misterioso. Lo hemos visto pasar de la mano del Dios Todopoderoso a la mano del Ángel Fuerte, a la mano del Cordero que se convirtió en el León de la tribu de Judá; vimos cómo abrió los Sellos; y hemos estado viendo en esta ocasión cómo ese Libro ha sido traído del Cielo a la Tierra a través de un ángel: el Ángel Fuerte, el León de la tribu de Judá.
Y estamos viendo cuál será el lugar de reposo, de descanso, de ese Libro: será la boca y el vientre de un hombre; ahí es el lugar donde Dios ha determinado que esté ese Libro, porque desde ahí Él ha de hacer una gran labor.
Desde ahí es entonces que saldrá para toda la gente el secreto de todo el misterio escondido en ese Libro. El gran misterio, por el cual hubo silencio en el Cielo por casi media hora, saldrá de la boca de ese que se comió el Libro.
Él tendrá ese secreto por dentro, porque él tendrá el Libro por dentro; él lo habrá digerido, ese habrá sido su alimento espiritual, para después poder llevar a cabo la Obra que le es encomendada conforme a lo que Dios ha determinado.
Él, siendo un profeta y estando viviendo en el tiempo de la edad perfecta, de la Edad de la Piedra Angular, de la Edad del Trono del Señor, entonces él aparece de entre todos los profetas como el Trono donde el Señor se mete en Su Segunda Venida.
Por eso es que encontramos que luego que el Ángel Fuerte le dio el Libro para que se lo comiese, luego de eso usted deja de ver al Ángel Fuerte.
¿Dónde se metió?
[JBP] Ahora, yo pudiera decir algo aquí muy tremendo; pudiera decir algo que ocurrió cuando él regresó en medio nuestro y luego lo dejamos de ver: “¿Dónde estás? ¿Dónde estás, William?, ¿dónde te metiste?”. Miren:
[WSS] … luego de eso usted deja de ver al Ángel Fuerte.
¿Dónde se metió? ¿Para dónde cogió? Él se metió dentro de aquel que se comió el Libro. Él entonces toma ese instrumento, para a través de ese instrumento Él manifestarse.
Entonces el ministerio de ese que se comió el Libro es una manifestación del Ángel Fuerte. Es entonces el Ángel Fuerte —a través de ese que se comió el Libro— dando a conocer los misterios escondidos desde antes de la fundación del mundo, dando a conocer el gran misterio por el cual hubo silencio en el Cielo por casi media hora.
[Rev. José B. Pérez] Ahora, miren ustedes una cosa aquí, que ocurrió en el tiempo de Moisés. Cuando a él le es encomendada esa misión tan importante de libertar al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto… Vean que a los profetas Dios les va dando a medida que Su Programa va siendo cumplido; y no le da todo (vamos a decir) de cantazo; sino que le va revelando y le va abriendo el entendimiento, y le va haciendo consciente la revelación, el entendimiento.
Porque miren (vamos a ver aquí si lo encontramos rapidito), un lugar donde el hermano Branham dice algo, y nuestro hermano William lo escribe (escribe al ladito)… Por ejemplo, aquí en la parte de la página 484 del libro de Los Sellos, dice:
[203]. Ahora, eso es este Séptimo Sello. Es una cosa muy extraordinaria y todavía no sabemos lo que es, porque no ha sido permitida su apertura.
[JBP] O sea, no es o no fue permitido conocer ese misterio, o sea, [WSS] «entenderlo». Esa fue la palabra que él escribió allí, cuando él dice en uno de los lugares, que él dice que no fue abierto, o sea, entendido.
[Rev. José B. Pérez] Vamos a ir a la página 30 de “ALMAS ENCARCELADAS”6:
208 El Cordero tomó Su Libro cuando el Séptimo Sello… estaba a punto de ser abierto, vimos el Sexto Sello. Pero Él no nos dejó ver el Séptimo Sello…
[JBP] O sea, no fue abierto el Séptimo Sello al hermano Branham. O sea, Dios, hasta donde Él le dejó ver, él vio. Aunque él vio algo que luego el Ángel le dijo: [WMB] “De esto no dirás nada a nadie”7.
O sea que puede Dios mostrarle a Su profeta, el cual Dios esté usando en ese momento, puede darle a conocer ciertas cosas, pero le dice: [WMB] “De esto no digas nada a nadie”; como también puede no darle a conocer ciertas cosas, y dárselas más adelante a conocer.
Dice… Estoy en “ALMAS ENCARCELADAS”, página 30:
[208] … vimos el Sexto Sello. Pero Él no nos dejó ver el Séptimo Sello; Él no lo dio a conocer ([JBP] ¿Ve? Él no lo dio a conocer). El Ángel estuvo de día en día diciéndome estas cosas, pero luego no lo hizo con este ([JBP] o sea, no le dijo nada de ese, el Ángel). Él se detuvo. Dijo: “Hay un silencio en el Cielo”. Nadie sabía. Era la Venida del Señor.
[JBP] Así como en el hermano Branham. Miren, él pensaba que era él el que tenía que ir al pueblo hebreo, y preparó las Biblias y preparó todo, compró su boleto… Miren, hasta ahí el profeta pensaba que era él, y todo él pensaba que era él. Y llega hasta El Cairo, y allá Dios le dice: [WMB] “No es el tiempo, ni eres tú. Eso es conforme a Apocalipsis 11”8.
Después que había hecho y mandado a hacer un montón de Biblias… Vean, Dios permite que llegue todo, quizás hasta cierto punto, pero no se…, no va a llegar más allá de donde Dios permite; y allí no le mostró al profeta, o no le dijo desde antes: “No, no vas a ser tú. Va a ser otro”. Y así es con todos los mensajeros.
Miren cuántas veces hemos escuchado a nuestro hermano William decir: [WSS] “Después de ese Ángel del Señor Jesucristo no viene más ningún profeta”. Creo que el del domingo también lo habla, que [WSS] “Dios tendrá un último profeta dispensacional”. Y eso es así: no habrá otro profeta mensajero dispensacional; lo cual se cumplió en él, y también en el próximo que iba a ser la realidad de esa promesa; porque las Escrituras tienen múltiples cumplimientos.
Y en todo eso está el misterio del Séptimo Sello: de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles. Todo eso es así.
Pero hasta cierto tiempo a él no le fue mostrado esa parte; como tampoco le fue mostrado al hermano Branham hasta cierto momento, porque ya después en el libro de Los Sellos él dice: [WMB] “Yo no sé quién será, ni qué va a suceder”.
O sea, vean que ya allí él sabía… Miren, en la página 474 dice [Los Sellos]:
[173]. Yo no sé quién será ([JBP] y escribe): [WSS] «Moisés y Elías», ni qué va a suceder [WSS] «el velo de carne». ¡No sé! Solamente sé que esos Siete Truenos contienen el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo. ¿Todos entienden?
174. Quizás sea ahora el tiempo y la hora cuando aparezca esta gran persona que hemos estado esperando.
[JBP] Ahora, vean cómo ahora sí a él… ahí ve que viene otro, y nos da una revelación muy grande; la cual vemos que después, más adelante, vimos cómo se levantaron muchos diciendo que eran ese otro que precursó el hermano Branham, o que eran aquel del cual el hermano Branham habló.
Y creo que decían que por allá por Estados Unidos había uno que le decían que era Elías, el otro decía que era Moisés, y el otro… Vean, se pusieron a imitar; y el diablo pues ahí los engañó, y engañaron también a mucha gente.
Pero vean cómo el hermano William también, cómo Dios permitió que él no conociera hasta cierto tiempo, que iba a ocurrir lo mismo que ocurrió en el tiempo de Moisés.
[Rev. José B. Pérez] Porque busquen allí en el Éxodo, en el… capítulo 33 del Éxodo, vamos a leer desde el verso 11, dice:
11 Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.
12 Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos.
[JBP] Y el hermano William escribe allí: [WSS] «Josué». Y escribe una: [WSS] «A».
[JBP] Esa “A” la vemos en la mayoría de los escritos, lo cual hay una revelación muy tremenda allí (la vamos a dejar para otra ocasión).
Ahora miren cómo él escribe allí: [WSS] «Josué». O sea, Moisés aún, en ese momento, no sabía que el que iba a introducir al pueblo a la tierra prometida era Josué.
En todo momento Moisés pensaba que era él; pero le había dado parece que algo…, porque al él preguntarle y decirle: “Tú me dices a mí que saque a este pueblo, pero Tú no me has declarado a quién enviarás conmigo”. O sea que de seguro le dijo: “Tendrás un ayudante”, y ciertas cositas; pero no le dijo quién era.
Ya más adelante ustedes pueden ver, en varios lugares, donde Él ya abiertamente le dice a Moisés: “Toma a tu siervo Josué y úngelo, porque él es el que introducirá al pueblo a la tierra prometida”9. Ya ahí le declaró todo ese misterio.
Vean, le abrió el entendimiento luego. Y ya ahí él, por más que luego deseó que Dios le permitiera…, ya era una Palabra hablada de Dios; ya Él en un momento le dijo: “Basta, no me hables más de ese asunto”10.
Vean el profeta cómo pudo interceder por el pueblo cuando Dios le dijo: “Déjame que Yo raeré a ese pueblo y te pondré sobre un pueblo mayor”11; y él intercedió (y Dios no lo hizo en ese momento, pero más adelante sí).
O sea, vean cómo él ahí, en ese momento, no pudo interceder por él mismo, y Dios se lo llevó. Y llegó a la escena Josué; y Josué fue el que los introdujo a la tierra prometida. Dios se llevó a Moisés pero dejó su espíritu: el espíritu ministerial dispensacional en Josué.
Como él escribió allí: [WSS] «Josué: 2do ministerio dispensacional», o sea, segundo Moisés.
[WSS] «1er Moisés» (Moisés). «2do Moisés: Josué».
[WSS] «1er Moisés / Josué = y 2do Moisés»12
[JBP] Vean cómo a Dios uno no puede limitarlo. Un Dios infinito, no lo podemos limitar cuando Él va a obrar en medio de Su Iglesia por medio del ministerio que Él desee operar. Cuantas veces Él quiera Él opera ese ministerio.
Ahora vean que los ministerios de Moisés y Elías él dice: “Es necesario que profetices otra vez”; y ya lo vemos allí otra vez profetizando, pero ya en una Obra más rápida y una Obra que recorre toda la Tierra13; en cuestión de segundos ya está sobre muchos pueblos, naciones y lenguas esa Obra, en una forma sencilla.
[Rev. José B. Pérez] Ahora vamos a terminar aquí ya, otra partecita aquí de este mensaje “EL LIBRO QUE UN HOMBRE SE COMIÓ”. Dice (estoy más adelantito):
[WSS] (…) Al tomar ese Título de Propiedad en su mano, y comérselo, y llevarlo al vientre y digerirlo: automáticamente la bendición de Dios ha venido a la Tierra; automáticamente, lo que estaba lejos se ha hecho cerca: el Cielo y la Tierra se han besado, el Cielo y la Tierra se han unido.
El Ángel Fuerte dijo: “El tiempo no es más, se acabó el tiempo”. Eso mismo es lo que dice ese hombre que se come ese Libro; porque él repite lo que el Ángel Fuerte dice.
[JBP] ¿No pueden ver ustedes, hermanos? ¿No pueden ver la gran revelación allí? Vean cómo todo eso es lo que ha estado siendo materializado, cumplido.
Lo voy a repetir otra vez:
[WSS] Eso mismo es lo que dice ese hombre que se come ese Libro; porque él repite lo que el Ángel Fuerte dice. Porque el Ángel Fuerte es el que tiene la revelación, pero la pasa a ese hombre para, a través de ese hombre, darla a conocer a todos los seres humanos.
Y si el tiempo ha terminado cuando eso acontezca, ¿para dónde usted va a coger? ¿Hacia dónde va a coger si el tiempo ha terminado cuando ese Ángel Fuerte desciende del Cielo?
Hay un sitio. Si el tiempo se acaba, pues entonces usted corre para la eternidad. Si sale del tiempo, se mete a la eternidad.
[JBP] Por eso él dice: [WMB] “Si usted llegara… Si alguien llegase a entrar de lleno a este Mensaje, lo lanzaría en el rapto o a eternidad sin saberlo”14.
Sigue diciendo:
[WSS] Entonces para usted no es un motivo de miedo que el tiempo se acabe, porque cuando el tiempo se acaba, la eternidad está ahí para recibirle.
[Rev. José B. Pérez] Ahora miren acá en el libro de “LAS SETENTA SEMANAS DE DANIEL”, nos dice en la página 15 de esta versión, dice [PÁG. 18 – Imprenta LGCC]:
67. Como cada Sello es roto, en la Palabra de Dios le revela al hombre la edad en que estamos viviendo, el Espíritu de la edad, la iglesia de la edad. Revelación 10 ([JBP] o sea, Apocalipsis 10), en el final hallamos, cuando el último Sello fue roto, hallamos al Ángel parado con un pie sobre la tierra y otro sobre el mar, con sus manos levantadas al cielo, y un arco iris sobre Su cabeza, jurando por el que vive para siempre jamás que el tiempo se acabó en el último sello ([JBP] y escribe): [WSS] «la Redención, en la 2da Venida». Y usted espere hasta que entremos a estos Sellos y ver en dónde esos Sellos están. Después usted hallará las Setenta Semanas, entonces ver dónde están los Sellos. El tiempo terminó. La Redención se acabó. Ahora es el León y el Juez. Él es su Salvador esta mañana, pero un día Él será su Juez.
68. El 8 a través del 1… El verso 14 del capítulo 5, nos revela el tiempo para el Cordero ser adorado en el Cielo y en la Tierra, el Libro sellado con siete sellos, el digno Cordero, el Pariente Redentor…
[JBP] Y él escribe: [WSS] «Apoc. 10:».
Y escribe: [WSS] «El tiempo de redención terminó, dice el Ángel Fuerte de Apoc. 10:1-10».
[JBP] Ahora, recuerden cuando él habló y dijo que se dejaran ciertas cosas de la Dispensación de la Gracia, y otras cosas que ese que está escuchando las ha guardado en su corazón, pero que las que tiene que decir las hable; está repitiendo lo mismo que ese Ángel Fuerte ha dicho. O sea que es un repetidor.
Y viene a ser ese ayudante el cual Moisés allí le dijo: “No me has declarado, no me has dicho quién irá conmigo, a quién enviarás conmigo”. Vean que después sí se le dijo. Y luego a él se le dijo, Dios le mostró quién era; o sea, llegó ya un tiempo en donde él sabía; el cual él cuidó, protegió, hasta el final.
Y así, también, no habló abiertamente de que vendría otro, para que no hubiese imitaciones y no se levantaran ministros ungidos por el diablo tratando de usurpar la posición de ese mensajero, y llevarse mucha gente, y prepararlos no para el rapto, sino los está preparando para quedarse en la gran tribulación.
Y después que ha llegado tan lejos (puede haber empezado desde el principio), pero si se coloca y trata de colocarse en la posición del cumplimiento de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en este tiempo final, él y su grupo no serán transformados, no serán raptados.
Y por eso él no habló abiertamente de que vendría ese ministerio, ese velo de carne en el cual Dios estaría cumpliendo Su Obra de Reclamo.
[Rev. José B. Pérez] Vamos a terminar aquí. Dice en el mensaje “EL LIBRO QUE UN HOMBRE SE COMIÓ”:
[WSS] … porque cuando el tiempo se acaba, la eternidad está ahí para recibirle. La eternidad desciende a la Tierra para que entren a eternidad los hijos de la eternidad.
[JBP] Así que, Hijos de la Eternidad: ¡Pronto estaremos en la eternidad físicamente!, y estaremos disfrutando del glorioso Reino Milenial, y luego por toda la eternidad.
Hijos de Eternidad: Sigan preparándose en este tiempo de Reclamo, sigan agarrados de la Palabra, sigan preparándose para su adopción.
Que Dios les bendiga, que Dios les guarde.
Ha sido para mí un privilegio grande poder enviar estas palabras a esta reunión que tiene nuestro hermano Miguel Bermúdez Marín allá en México, y en los diferentes lugares donde están reunidos en el día de hoy, 11 de marzo de este año 2023, bajo el tema:
“LA RECLAMACIÓN”.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
1 Los Sellos, pág. 89, párr. 139
2 SPN64-0119 “Shalom”, pág. 39, párrs. 245-250
3 Oseas 13:14
4 Los Sellos, pág. 212, párr. 104
5 Citas, pág. 119, párr. 1058
6 SPN63-1110M “Almas encarceladas hoy”, pág. 33, párr. 208
7 Citas, pág. 119, párr. 1057
8 Las Setenta Semanas de Daniel – SPN61-0730M “Instrucciones de Gabriel a Daniel”. Pág. 41, párrs. 159-164 en la publicación de la Imprenta LGCC
9 Números 27:18-23
10 Deuteronomio 3:25-26
11 Éxodo 32:9-11
12 Estudio “La tierra prometida y la puerta abierta”, 2022/oct/01 (sábado), págs. 4-5 del (f), págs. 4-5 del (T1)
13 Citas, pág. 70, párr. 605
14 Citas, pág. 105, párr. 910